De paseo por la playa

Y una de las cosas que más me gusta es pasear por la playa. Haga frío o haga calor me encanta pasear por la orilla del mar y oir las olas mientras me mojo los pies, y eso fue una de tantas cosas de lo que hicimos en nuestra visita por Peñiscola.

Aunque el final parece que este cerca, este largo paseo nos costó más de una hora. El tiempo no acompañaba mucho el pasado fin de semana, así que dejamos los bañadores en el hotel y nos fuímos de paseo, con el proposito de sentir la brisa del mar.

Como sabía que ibamos a andar, elegí ropa cómoda, algo informal, mis zapatillas nuevas, los vaqueros a medio camal, y un sueter que hacía poco me había comprado. 

Me acompañaba un bolso que me tejido yo misma. Era la primera vez que me animaba con la técnica del "trapillo", y tengo que deciros que me ha enganchado ya estoy prepárandome mi segundo bolso.

No tardamos en quitarnos las zapatillas, para así notar el agua en nuestros pies, que todo hay que decir, estaba helada. Creo que fué un paseo muy productivo, pues al mismo tiempo que paseabamos activabamos nuestra circulación, tanto al andar como con el contacto del mar en nuestras piernas cuya agua estaba bastante fría.

Despúes de andar un buen rato, llegamos al pueblo, nos ecantaban sus vistas desde sus acantilado, desde donde se podía apreciar la inmesidad de la playa. Incluso encontramos algún que otro cangrejo, todo era cuestión de buscar.

Por cierto, ¿Os gusta mi corte de pelo? Al final me animé a pasarme las tijeras.